Apoyo generalizado: se produce cuando la necesidad de apoyo es de forma constante y de alta intensidad.
Se proporciona en distintos entornos y son, potencialmente, para toda la vida. Normalmente son más intrusismos y exigen más atención personal que las otras intensidades de apoyo.
Por ejemplo, asear completamente a un usuario con daño neurológico, encamado y en estado vegetativo, realizar los cambios posturales, alimentarle...